‘La moderna’ (Mejores momentos): El amor prohibido de César y Maruja

Pietro le confiesa a Antonia: «Quiero decirte una cosa, sino salgo de la operación, tú tienes que prometerme». Pero la dependienta se aparta de él y le dice muy nerviosa: «No Pietro no sigas, ni siquiera lo pienses porque eso no va a ocurrir».

El italiano se acerca y le expresa muy serio: «Esto puede ocurrir, lo entiendes verdad, es mejor que tú no lo pienses, yo lo entiendo pero mírame. Yo tengo que poner en orden mis asuntos, necesito redactar mis últimas voluntades».

Antonia le explica muy nerviosa: «No pienso redactar ninguna carta porque es que no va hacer falta», pero Pietro insiste y le dice: «Necesito hacerlo».

La joven le expresa: «No voy a escribir ninguna carta», el italiano le responde muy preocupado: «Sería una irresponsable sino fuera así». La dependienta de La Moderna se emociona y le dice: «No voy a escribir ninguna carta porque nos queda todo el tiempo del mundo».

Pepita quiere que Emiliano ayude a Rodrigo con la beca, pero el empresario le dice: «Lo necesito lo siento, pero no habrá beca para Rodrigo».

La doncella le comenta: “Tú lo has visto crecer, sabe lo que vale», a lo que Emiliano le responde muy enfadado: «No quiero hablar de esto, vengo aquí a verte de buen humor y tú me recibes con caras largas para eso ya tengo a mi mujer».

Pepita le responde muy seria: «Es el futuro de Rodrigo, algo tendré que decir que soy su madre». En ese momento Emiliano quiere abrazarla y le responde: «Que sí mujer», pero ella se aparta y le dice: «Ahora no me apetece meterme en la cama contigo».

El empresario le agarra el brazo y le comenta: «Cómo que no», así que Pepita le reprocha: «Qué me vas a obligar a seguir a tu lado como a mi hijo». El marido de Maruja le dice muy enfadado: «A mí no me hables así».

Pepita quiero soltarse, pero él continúa agarrándola con fuerza, así que ella le dice con enfado: «Vas a forzarme Emiliano, vas a forzarme, eso solo lo hacen los hombres cobardes que no saben conseguir las cosas de otra manera». ¡Emiliano muestra un rostro muy enfadado y se marcha de la habitación!

Laurita le pregunta a Agustín si ya han elegido a una actriz para la película, el empresario le confiesa: «Ballesteros ya ha decidido y la persona que ha elegido eres tú».

La joven le dice: «Pero yo no soy actriz», a lo que Agustín le responde: «Deberías porque si algo tiene Ballesteros es olfato». La sobrina de Fermín no está de acuerdo y le expresa: «Dile que muchas gracias pero que no».

Agustín está muy preocupado y le confiesa: «Ballesteros me ha amenazado con abandonar la película si tú no aceptas este papel». Laurita se enfadada y le explica: «Voy a tener que hablar con Inés porque me figuro que no le va hacer gracia y si es así, lo siento pero no lo voy hacer»

Emiliano no quiere estar enfadado con Pepita pero ella se muestra distante y le confiesa que quiere irse de la casa. El empresario le dice muy serio: «No puedes irte», la doncella le aclara: «Claro que puedo, no soy ninguna esclava».

«Por supuesto que no, últimamente he estado pensando mucho en nosotros, en todo lo que nos unía en aquellos tiempos», comenta el empresario.

«Del pasado no se vive, a mí solo me interesa el futuro», responde Pepita con enfado. Emiliano se levanta y le expresa: «Ayudaría algo si te digo que le voy a dar un empujó a la beca de Rodrigo».

La doncella le pregunta: «¿Eso es una promesa?», a lo que Emiliano le aclara: «Solo si me aseguras que te vas a olvidar de la tontería esa de dejar la casa».

Pepita le pide: «Consigue que le den esa ayuda y no me oirás nunca más de marcharme», el marido de Maruja le responde: «De acuerdo».

Pietro se encuentra en la cocina de La Moderna con Teresa y le confiesa: «Hay que contemplar la posibilidad de que no salga de esta operación». La encargada le responde: «No digas eso, Pietro va a ir todo bien».

En ese momento aparecen Cañete y Elías, ya que el italiano también quiere hablar con ellos. «Es que quiero pedir un favor a los tres», dice Pietro.

Cañete le responde: «Lo que quieras, cuenta con nosotros». El pastelero le pide a Teresa que escriba lo que le vaya dictando, así que el italiano le dice en voz alta: «Yo Pietro Fachéelo en pleno uso de mis facultades mentales con Teresa Soler como escribana, y Francisco Cañete y Elías Tejada como testigos dispongo mis últimas voluntades».

Teresa deja de escribir y le comenta: «Pero qué dice hombre», el italiano expresa muy nervioso: «Os necesito como testigos».

Cañete le pregunta: «¿Está seguro de esto?», a lo que Pietro le confiesa: «Absolutamente sí, es que Antonia no quiere oír hablar del tema».

Teresa le comenta: «Créame que no va hacer falta, que usted va a salir del hospital «. Pero Pietro le pide que continúe escribiendo y dice en voz alta: «Primero dejo mi casa a mi esposa, Antonia Hinojosa».

César ha invitado a Maruja a una cena en el Madrid Cabaret. La empresaria se sorprende al ver la cena y le pregunta:
«¿Ha cerrado esto para mí?», el empresario le confiesa: «Para nosotros».

«Ha cuidado usted mucho los detalles, no esperaba este recibimiento», dice Maruja. El joven le expresa con ilusión: «Aquí puede estar tranquila, podemos charlar tranquilamente sin que nadie nos interrumpa».

La mujer de Emiliano le pregunta: «¿Y qué habría que interrumpir?», a lo que César le expresa: «Su sonrisa». Los dos se acercan lentamente para besarse, pero ella le confiesa: «Yo no he besado a otro hombre que no sea mi marido».

Ballesteros ha quedado con Agustín para mostrarle las primeras escenas que ha grabado con Laurita e Inés. El director le dice: «Mírala Agustín», así que el joven le responde: «Sí está realmente preciosa Inés».

Ballesteros le expresa: «Inés no, Laurita, fíjate en su expresión, mira lo que transmite con la mirada» . El productor está muy sorprendido con la interpretación de Laurita y le dice: «Nunca la había visto así, tiene algo incógnito».

El director está muy ilusionado con la joven y le dice: «Lo hace todo natural», y continúa explicándole: «Laura Balbuena va a ser una grande de la interpretación».

Agustín le pregunta: «¿No sé a dónde quieres ir a parar?», el director le pide: «No podemos dejarla escapar».

El productor no entiende nada y le comenta: «Ya está en la película», pero Ballesteros le explica muy nervioso: «No es suficiente hay que escribirles más escenas, quiero que tenga más presencia».

Agustín se enfada y le exige: «Tienes dos días para acabar con el rodaje y meterte en la sala de montaje». Pero Ballesteros le aclara: «Su presencia va a repercutir en la taquilla, va a repercutir en la crítica».

«Tres días, tienes tres días más sin sobresaltos ni retrasos y a cambio te comprometes a dirigir mi próximo proyecto», confiesa el j

Paula se encuentra en su tienda con Rodrigo, pero el joven no está atento a las palabras de la joven, ya que no puede parar de pensar en el encuentro que ha tenido con Emiliano en su despacho.

En ese encuentro el empresario le dice: «Te envidio esa sintonía tan perfecta que tienes con Paula, sé que ella estando con tu compañía no tengo nada de que preocuparme».

En ese momento Paula le pregunta: «¿Rodrigo me estás escuchando?», el joven le confiesa: «Estaba pensando en tu padre».

La empresaria le pregunta muy sorprendida: «¿En mi padre?», así que Rodrigo le explica: «Esta mañana me agradecido lo que hago por ti y me ha hecho sentir mal».

Paula no entiende nada y le pregunta:»¿Sentir mal?¿Por qué?», a lo que el hijo de Pepita le expresa: «Porque me he sentido un farsante, un impostor».

«A ver si ahora vas a querer contarle lo nuestro», dice Paula. El joven hace un gesto de afirmación con la cabeza, pero Paula no está de acuerdo y no quiere hacer pública la relación.

oven. El director de la película está de acuerdo con el trato y le responde: «Me parece una buena oferta».

César y Maruja están a punto de besarse pero ella se retira y le confiesa: «No esperaba que hubiera preparado una velada tan especial», y también le explica: «Ni soy capaz de cruzar ciertas barreras aunque mi marido es como es y yo no sea feliz en mi matrimonio».

«No le he pedido ninguna explicación», dice el joven muy serio. Maruja le expresa: «Pero yo necesito dárselas», César se muestra comprensivo y le responde: «No tiene porque arrepentirse usted por no haberse dejado llevar».

Maruja se emociona y le dice: «Será mejor que me vaya». El empresario expresa sus emociones y le dice: «Debo reconocer que me encanta estar a su lado, me atrae mucho», y también se atreve a preguntarle: «¿A usted no le pasa lo mismo?».

Maruja no puede parar de llorar y le responde: «Lamento mucho que las cosas hayan salido así».

Lázara se encuentra sola en el despacho y en ese momento entra una mujer y le dice: «Ha pasado mucho tiempo y se puede decir que te ha sentado muy bien».

La esposa de Fermín le dice muy sorprendida: «Juana». La mujer se acerca a ella y le expresa con ironía: «Sí soy yo, tu vieja amiga, desgraciadamente para ti vivita y coleando».

Lázara le explica muy seria: «Estarás al corriente de que ahora soy una mujer casada y respetable». Juana le responde que lo sabe todo por la prensa, pero la jefa del salón de té le pide que se marche.

Sin embargo, Juana quiere seguir con la conversación y Lázara le comenta con enfado: «Te voy a pedir que salgas de este despacho o me veré obligada a llamar a la policía».

«Muy bien llámala porque yo lo quiero es que todo el mundo sepa que eres una asesina», expresa Juana muy seria. Lázara le dice: «No puedes hacer eso», pero su amiga le responde con odio: «Claro que puedo y por eso estoy aquí».

«Qué te parece si quedamos mañana para hablar tranquilamente», comenta Lázara. La mujer misteriosa le pregunta: «¿Dónde?», la mujer de Fermín le contesta: “En el callejón que hay aquí al lado». ¡Juana se marcha y Lázara empieza a llorar muy nerviosa!

Todos los trabajadores de La Moderna se han reunido para despedir a Pietro. El italiano se acerca a ellos y todos gritan con ilusión: «Sorpresa».

Teresa le dice: «Estamos aquí para decirle hasta pronto». Pietro está muy emocionado y su amigo Cañete también le expresa: «Porque te vas a recuperar de eso estamos todos seguros».

Elías le expresa con mucha alegría: «Vamos a defender el obrador con capa y espada, para que cuando usted vuelva lo tenga todo a su gusto». Pietro escucha atentamente a sus compañeros y Teresa le vuelve a confesar: «Le vamos a echar mucho de menos».

«Gracias Teresa y gracias a todos, espero salir de este quirófano un poco más alto y más guapo», dice Pietro. En ese momento Esperanza le comenta: «Mire usted que meter otra vez a Sagrario en el obrador».

Teresa no quiere que hable de ese tema y le contesta: «No me prometió que no ibas a decir nada delate de ellos», a lo que la limpiadora le expresa: «Es que no puedo evitarlo».

El italiano también se quiere despedir de sus compañeros y le dice: «Muy pronto estaré preparando más merengues completamente recuperado y curado». ¡Todos deciden brindar con un merengue en la mano!

Rodrigo entra en el despacho de Emiliano y se encuentra al empresario con una copa en la mano y muy serio. El joven le pregunta: «¿Se encuentra bien señor?», el empresario se acerca y le responde: «Cómo quieres que me encuentre si en la persona en quien más confío me apuñala por la espalda».

El hijo de Pepita le pregunta: «¿A quién se refiere?», Emiliano le comenta muy enfadado: «Así me pagas todo lo que he hecho por ti, seduciendo a mi hija. Acabo de ver como os besabais en la tienda».

Rodrigo le aclara: «Lo que tenemos Paula y yo es real». Sin embargo, Emiliano no aprueba esa relación y le grita: “A partir de ahora te prohíbo que vuelvas a ver a Paula a solas, es más te prohíbo tajantemente que sientas nada por ella».