‘La moderna’ (Mejores momentos): Maruja vs Emiliano
1. Rodrigo, forzado a vengarse de Emiliano
Rodrigo recibe una llamada telefónica de Amaya y le pregunta muy nervioso: «¿Por qué no has contactado conmigo antes?», la joven le responde: «Surgió un asunto serio».
El hijo de Pepita le pregunta: «¿Qué asunto?», así que Amaya le ordena: «Tienes un trabajo que terminar». El joven se sorprende y le pregunta: «¿Qué terminar yo?», la joven le aclara: «Sí vos, no cumpliste con tu promesa de vengarte de Emiliano Pedraza».
Rodrigo le dice muy serio: «Pero qué estas diciendo, ya tienes en tu poder la información de la fibra, la localización de la fábrica, del laboratorio. He cumplido con mi parte».
Amaya le pide: «Tienes que volver a Madrid», pero el joven le aclara muy nervioso: «No puedo volver ahora, si lo hiciese tendría que abandonar la carrera de medicina».
«Y qué es más importante para vos tus estudios o lo que juraste ante la tumba de todos tus amigos asesinados por Emiliano Pedraza», responde Amaya.
2. ¡Giancarlo visita a Pietro!
Antonia le confiesa a Pietro: «Lo mal que lo hemos pasado y lo bien que estamos hoy, ya era hora». El italiano está muy ilusionado y le responde: «Ya era hora y quiero darte todo lo que te mereces», la dependienta de La Moderna le expresa: «Ya tengo todo lo que me merezco y más».
En ese momento alguien toca la puerta, así que Pietro decide abrir y descubre que es su hijo Giancarlo. El italiano dice con alegría:
«Giancarlo», el joven le responde: «Padre».
Antonia se acerca y expresa: «Pero que sorpresa», el joven le responde: «Disculpe si vengo en mal momento pero es que los trenes de esta ciudad no son, cómo se dicen puntuales».
La dependienta se sorprende y le dice a Pietro: «Pero si habla español mejor que tú». El pastelero de La Moderna está muy ilusionado con la visita de su hijo y le confiesa: «Es un momento perfecto, lo estábamos hablando ahora y apareciste tú».
3. Lázara bajo la lupa de Emiliano
Fermín le confiesa a Emiliano: «Lázara me dijo que me notaba raro y acto seguido sin preguntarle yo nada me dio una segunda versión sobre su desaparición».
El empresario se sorprende y le pregunta: «¿Entonces lo que nos contó no es cierto?», a lo que el jefe de La Moderna le responde:
«Sí los hechos sí, lo que cambiaba era las motivaciones de esa tal Juana».
Emiliano le comenta: Y si dejas que la investigación siga su curso», pero su amigo le dice muy serio: «La angustia me puede, la angustia y las dudas».
«A lo mejor yo puedo llegar al fondo de este asunto. Tú estás implicado emocionalmente, lleno de inquietudes, de dudas», responde Emiliano.
4. ¡Maruja se enfrenta a Emiliano!
Pepita está enfadada con Emiliano, ya que humilló a Maruja cuando los dos estaban intimando en la habitación.
El empresario le pide que quiere que se reconcilien pero en ese momento aparece Maruja y le dice muy enfadada: «Quiero que te quede claro que no me vas a pisar más Emiliano, no volverás hacerme daño»
El empresario le dice con frialdad: «Baja la voz que nos van a escuchar el servicio».
Pero Maruja sigue gritando y le expresa muy furiosa: «Pues que me escuchen que me da igual, como si quieres sentar a Pepita en la mesa con nosotros dos, o mejor aún como si quieres que está noche vaya a veros a retozar en su alcoba”.
El empresario muestra un rostro muy serio y Maruja le continúa diciendo: “Me da igual y no pienso aguantar más humillaciones que te quede claro, desde que nos casamos yo no he abierto la boca ni con tus desprecios, ni con tus escarceos, ni con nada pero eso, eso se acabó».
5. Emiliano comienza a investigar a Lázara
Emiliano entra en el despacho de Fermín y le dice: «Ya he puesto en marcha lo de la investigación sobre tu esposa». El jefe del salón de té le responde: «Supongo que todavía no tendrás ninguna novedad», el empresario le aclara: «Aún no pero estoy moviendo hilos».
Fermín le comenta otro asunto que le preocupa: «Se trata del derrumbe de un local de tu hijo, un periodista se ha enterado y me asegura que va a publicar en la sección de sucesos de su periódico el accidente».
«Hay que darle a ese periodista una buena propina para que mantenga la boca cerrada», responde Emiliano. Sin embargo, Fermín no está de acuerdo y le comenta muy enfadado: «Desde tu vuelta de Argentina te has aficionado a solucionar los problemas un poco trapacera y me está preocupando tus maneras».
Emiliano le responde: “Olvídalo qué sugieres tú», así que el jefe del salón de té le informa: “Que convoquemos una reunión con Iván y con Paula y que unifiquemos criterios».
6. Giancarlo pide ayuda a su padre
Giancarlo le dice a Pietro: «Padre necesito que me ayude con algo», el italiano le responde: «Cualquier cosa, dime».
El joven abre su maleta, le muestra un sobre con dinero y le pide: «Necesito esconderlo, solo será unos días». El italiano se preocupa y le pregunta muy serio: «¿Para qué es este dinero?».
«No es para nada malo, es para luchar por la libertad», dice el joven.
El italiano se enfada y le pide que debe dejar la política, pero su hijo le explica: «Se lo tengo que entregar a unos compañeros que luchan por la libertad desde el extranjero. Tengo que ir fuera unos días de viaje y luego cuando vuelva se lo tengo que entregar, pero no quiero recorrer toda España con esta suma de dinero».
«Estás en peligro, dime la verdad, te persiguen», dice Pietro muy alterado. El joven le responde: «No o al menos que yo sepa».
El pastelero le vuelve a preguntar: «¿Para qué es este dinero?», así que el joven le responde con ilusión: «Para una buena causa, es por libertad».
Pietro sigue enfadado y comenta con ironía: «Por la libertad», así que su hijo le pregunta: «Necesito que me ayude, ¿puedes ayudarme si o no?».
7. Giancarlo recibe una amenaza
Giancarlo se ha marchado de España y Pietro le dice con tristeza a Antonia: «Es que me hubiese gustado que se quedase más tiempo con nosotros, ojalá encontrase una manera de retenerlo aquí».
«Pues a Esperanza se le ha ocurrido una, quiere encontrarle una novia entre las camareras de La Moderna», dice la dependienta.
Pietro le parece buena idea pero luego cambia de opinión porque no confía en los líos de Esperanza. Antonia se marcha a la habitación y ese momento aparece por debajo de la puerta una nota.
Pietro coge el papel y lee: «Danos el dinero o morirás». El italiano abre la puerta y no ve a nadie sospechoso en la corrala, pero alguien está escondido.
Antonia le pregunta muy preocupada: «¿Qué pasa? ¿Qué es esa nota?», así que Pietro no quiere contarle la verdad y le responde: «No nada, es un anuncio del sereno que habrá cortes de agua».
8. Maruja oculta la verdad a César
César quiere saber si Maruja ha intentado romper su relación con Emiliano. «Le dije que no tenía sentido seguir con la farsa de un matrimonio acabado», expresa Maruja.
El joven le pregunta muy preocupado: «¿Te amenazó?». En ese momento Maruja recuerda que Emiliano la humilló, ya que cuando él estaba intimando con Pepita en la alcoba de la doncella quiso que ella viera esa escena.
Emiliano abre la puerta y le dice con frialdad a Maruja: «He sido yo quien te he mandado a llamar, pasa. No sabías lo que lleva pasando en esta alcoba durante años».
Maruja le responde muy emocionada: «Claro que lo sabía», el empresario le dice con enfado: «Que yo ya hago mi vida y la voy a seguir haciendo, no necesito tu permiso. Las cosas van a seguir siendo como son, como están».
Maruja deja de recordar ese momento porque César quiere saber qué le ocurrió para que estuviera varios días en la cama y sin para de llorar. El jefe del Madrid Cabaret le pregunta: «¿Qué es lo qué te hizo para que te tuvieras que encerrar en tu dormitorio?».
Sin embargo, la mujer de Emiliano ni quiere contarle la verdad y le expresa sin parar de llorar: «César si de verdad me amas te ruego que no insistas».
9. Teresa le cuenta sus sospechas a Laurita
Teresa le confiesa a Laurita: “Doña Lázara se casó con tu tío para aprovecharse de él y me preocupa que empiece a veros como un obstáculo a tu hermana y a ti, que la impida en convertirse en la única heredera».
«Es mi tío el que está empeñado en hacerla heredera», responde la joven. Así que Teresa le pregunta: «¿A ti eso te parece bien?», la joven le aclara: «Ella es su legitima esposa y ella tiene unos derechos que no queremos ni podemos arrebatarle».
Teresa le dice: «Claro lo entiendo». Laura le comenta que no le preocupa que Lázara sea la heredera y Teresa vuelve a trabajar.