‘La moderna’ (Mejores momentos): La muerte de Lázara
1. Maruja está muy afectada por la muerte de César
Maruja está destrozada y le confiesa a Pepita: «Hoy es el entierro de César y necesito estar allí para poder despedirme de él». La doncella le responde muy angustiada: «Va usted poder soportar tanto dolor».
La mujer de Emiliano le responde muy emocionada: «Sí, debo ser fuerte». Pepita le comenta: «No es justo que tenga que pasar por este sufrimiento tan atroz señora», y añade: «Asesinado que horror».
Maruja no puede parar de llorar y le pregunta: «¿Tú piensas lo mismo que yo?». La doncella cree que el asesino es Emiliano y Maruja le expresa con enfado: «Solo él es capaz de hacer algo así».
2. Emiliano se entera de que Rodrigo no es su hijo
Emiliano acaba de descubrir que Rodrigo no es su hijo y le expresa a Pepita con odio: «Tú hijo se ha estado riendo en mi cara y voy a castigarle por ello».
«Pero si él no sabía nada», expresa la doncella muy seria. El empresario le confiesa que se va a vengar de Rodrigo, pero Pepita empieza a quitarse la ropa y le dice: «Me tendrás cuando quieras, para lo que quieras».
Emiliano se aparta de ella y le responde: «Yo no quiero tomar por la fuerza lo que un día fue mío». La doncella le confiesa muy emocionada: «El amor que te tuve sigue ganando la partida, mírame aquí estoy después de tantos años admitiéndolo delante de ti».
Pepita le pide que no se vengue de Rodrigo y a cambio estará para él todas las noches. El empresario le contesta muy serio: «Que así sea».
3. Maruja acusa a Emiliano de la muerte de César
Maruja acaba de llegar del entierro de César y no puede parar de llorar. Emiliano se sienta con ella y le dice muy enfadado: «Tú estabas al tanto del engaño que han fraguado Pepita, nuestra hija y Rodrigo, lo digo porque si es así me debes más que una disculpa».
Ella no quiere hablar de ese tema porque acaba de regresar del entierro de César. El empresario le responde con ironía: «Que falta de sensibilidad por mi parte, cuanto lo siento».
«No sé que encontrará la policía pero yo estoy segura de que ha sido quien ha encargado asesinar a César», expresa Maruja con odio. Pero Emiliano muestra un rostro muy serio y le responde con frialdad: «No sabes lo que dices».
4. El duelo permanente de Maruja
Maruja ha decidido vestir de negro y le pregunta a la doncella: «¿Qué pasa Pepita te sorprende verme de luto?», a lo que ella le responde: «Pues sí señora».
Maruja no puede parar de llorar y le confiesa: «Voy a llevarlo de forma permanente», y le sigue expresando: «Yo no tengo ganas de vivir».
La doncella le comenta muy angustiada: «Señora no digas eso que igual que el viento sopla contra una, igual de repente sopla a favor».
«No Pepita lo que pasó entre César y yo fue algo extraordinario. Cuando yo pensaba que lo había vivido todo, que ya solo me quedaba penar las irás de Emiliano y velar porque mis hijos tomarán un bue camino, sentí una pasión, como nunca antes había sentido», confiesa la mujer de Emiliano.
5. Fermín advierte a Emiliano de que es sospechoso
Fermín decide visitar a Emiliano para contarle con preocupación que han abierto una nueva vía y han localizado al taxi donde se montó el asesino.
El empresario le responde con frialdad: «Yo no me fiaría mucho de eso». El jefe de La Moderna le pregunta: «¿Por qué?», a lo que Emiliano le aclara: «Porque si se supone que lo ha cometido un profesional a mí esto de darse a la fuga en taxi me parece de aficionados».
Fermín le pregunta: «¿Tú no sabes nada de todo esto?», pero Emiliano le responde muy serio: «Yo me estoy enterado por ti, qué voy a saber yo».
Emiliano está nervioso y le pregunta a su amigo: «¿Qué es lo que ha encontrado la policía?», el jefe del salón de té le informa: «Encontraron una prenda».
El empresario le pregunta: «¿Qué tipo de prenda?», a lo que Fermín le responde: «Un pañuelo con unas iniciales bordadas».
6. Emiliano amenaza a Rodrigo y a Pepita
Emiliano le grita a Rodrigo: «Conmigo ya no se juega, ya es que no seas mi hijo es que después de todo lo que me has hecho, estas muerto».
Pepita le pide con desesperación: «Piensa un momento en todo lo que hemos compartido». Pero Emiliano sigue muy alterado y le expresa a Rodrigo que va a pagar por sus mentiras.
Pepita le pide a Rodrigo: «Hijo será mejor que te marches». Emiliano está muy alterado y le grita: «Sí, marcharte para siempre, no quiero volver a verte por ningún lado y menos al lado mi hija».
El joven le aclara muy serio: «No pienso separarme de Paula», pero el empresario le grita: «Cállate». Emiliano le entrega un sobre al joven y le pide que cuando vea a Paula se lo entregue, y le expresa: «Le dices que es de mi parte».
7. Lázara ha puesto el pañuelo que incrimina a Emiliano
Fermín está seguro de que Emiliano es inocente y le confiesa a Lázara: «Es imposible que participe en la conspiración de un asesinato». La joven le responde:
«Tiene muchas razones por las que odiar a César Morel».
El jefe de La Moderna decide abandonar el despacho porque quiere hablar unos asuntos de trabajo con Teresa.
La gerente se queda sola y expresa con odio: «A ver cómo explicas ahora que el pañuelo estuviera en el hotel, te vas a pudrir en la cárcel Emiliano y yo muy lejos de aquí».
Se levanta para realizar una llamada y expresa muy nerviosa: «No puedo estar ni un segundo más en la galería, en cualquier momento me puedo encontrar con Emiliano y no sé lo que puede pasar. Es que no me puedo llevar la maleta, voy a tener que esperar hasta mañana antes de huir».
La otra persona le pregunta por el pañuelo y Lázara le confiesa: «No fue un descuido, ese pañuelo lo puse yo allí».
8. Mercedes cree que el pañuelo es de Emiliano
Mercedes le confiesa a Iván: “Me he pasado media declaración llorando a moco tendido», el joven le responde: «Que desarmados no tiene ningún derecho a hacerte pasar un trago como este».
La joven le responde con enfado: «No me importa de tal que encuentre al asesino”, y añade: «Sabes que hablo de tu padre, él fue el que lo mató».
El joven no está de acuerdo y le pregunta: «¿Has hablado con esa gente de Marsella?», la joven le aclara: “Si he hablado con ellos y me han dicho que no tienen nada que ver con esto».
Mercedes le pregunta: «¿Tú padre usa un pañuelo con sus iniciales bordadas?», el hijo de Emiliano le contesta: «Sí, ¿por qué?». Mercedes le explica: «La policía me ha dicho que han encontrado un pañuelo con iniciales bordadas».
Iván no cree que su padre sea ningún asesino, pero la joven se enfada y le grita:
«Marcharte no deberías de haber venido».
El joven le expresa: «Es que solo quiero cuidar de ti», a lo que Mercedes le contesta muy enfadada: «Tú deberías de cuidar de tu padre porque dentro de muy poco va a estar detenido».
9. Emiliano le dice a Fermín que el pañuelo es de Lázara
Emiliano le confiesa a Fermín: «Hoy en la comisaría me han dicho», el jefe de La Moderna se preocupa y le pregunta muy nervioso: «¿Qué?».
«Que no debería contártelo se supone que es un secreto pero tú eres mi amigo, cómo te lo voy a ocultar», dice el empresario.
Fermín sigue inquieto y le pide: «Habla Emiliano», a lo que su amigo le contesta: «Tu mujer tiene mucho que ver con el pañuelo que encontró la policía».
Fermín se levanta y le pregunta: «¿Qué estás diciendo Emiliano?», el empresario le confiesa: «El pañuelo que encontró la policía es un pañuelo de mujer y tiene bordadas las iniciales de Lázara». El jefe del salón de té se sorprende y le responde: «Eso es imposible».
10. Doble trampa entre villanos
Lázara y Emiliano habían planeado el crimen perfecto para eliminar a sus enemigos, pero Emiliano mantuvo un control absoluto sobre ella, aprovechando su posición de poder para doblegarla.
Lázara, rota y desesperada, intentó salvarse contratando a un sicario con el dinero de Emiliano y dejando pruebas que lo incriminaran.
Sin embargo, Emiliano descubrió su estrategia y la neutralizó, reemplazando la prueba con otra que apuntaba a Lázara como la culpable.
Con la policía buscándola como principal sospechosa de la muerte de César Morel, Lázara se vio obligada a huir, consciente de que Emiliano había ganado la partida con su astucia y capacidad para manipularlo todo a su favor.
11. Emiliano acaba con la vida de Lázara
Emiliano pone fin a la vida de Lázara en un enfrentamiento cargado de tensión en el despacho de don Fermín.
Allí, el empresario le confiesa que siempre estuvo un paso adelante, vigilándola y jugando sus cartas con trampas que nadie descubrió.
Lázara intenta amenazarlo con acudir a la policía, pero Emiliano la desarma emocionalmente al dejar claro que nadie le creería.
Lázara, impotente, es llevada al callejón detrás de La Moderna, donde Emiliano, sin piedad, le apunta con una pistola.
A pesar de sus gritos y amenazas hacia él, el empresario no duda en disparar, terminando con la vida de la que fuera su mayor rival.