La Moderna

Acusado de asesinato en ‘La Moderna’, avance del capítulo 342 (17 de febrero)

Emiliano da un paso más contra Fermín acusándolo del asesinato de Lázara, el lunes en ‘La Moderna’.

Don Fermín, con la determinación que lo caracteriza, decide confiar en Rodrigo y compartir con él una de sus sospechas más graves: tiene razones para creer que Emiliano es el responsable de la muerte de doña Lázara.

Para Fermín, esta no es una simple teoría, sino una certeza que no puede ignorar. No piensa quedarse de brazos cruzados, está decidido a llegar hasta el final y hacer justicia por Lázara, sin importar las consecuencias.

Rodrigo, impactado por la revelación, comprende que las cosas están a punto de escalar a un nivel peligroso. Enfrentar a Emiliano es jugar con fuego, pero Fermín no parece dispuesto a dar marcha atrás.

Mientras tanto, en La Moderna, la tensión se siente en el ambiente por un motivo muy diferente. Hoy es el día de la carrera de camareros, y Marcelina está completamente fuera de sí por los nervios.

Sus compañeros intentan tranquilizarla, asegurándole que tiene todo lo necesario para hacerlo bien, pero sus intentos son en vano. Marcelina no deja de pensar en la presión mediática, en las expectativas que ha generado y en la posibilidad de fallar.

Sin embargo, lo que no sabe es que más allá de su desempeño en la carrera, su participación ya ha cambiado las cosas. Con el respaldo de figuras influyentes y la atención de la prensa, ha logrado abrir una conversación importante sobre la igualdad en el oficio.

Por otro lado, las hermanas Valbuena descubren algo inesperado en los estudios de cine: Ramallo ha estado durmiendo en el despacho de Agustín. Preocupadas por la situación, deciden confrontarlo para entender qué está ocurriendo.

Ramallo, al verse descubierto, evita dar demasiadas explicaciones, pero su actitud delata que está pasando por un momento complicado. ¿Se trata solo de problemas económicos o hay algo más detrás de su situación?

Mientras todos están ocupados con sus propios dilemas, un peligroso juego de gato y ratón se desarrolla en las sombras. Quico, cada vez más inquieto, tiene un tenso encuentro con el capitán Dávila.

Lo que comienza como una conversación aparentemente casual pronto se convierte en una revelación escalofriante. Dávila le confiesa que está convencido de que el Encapuchado de la Puerta del Sol es un camarero de La Moderna.

Quico, sintiendo cómo el peligro lo rodea, hace lo imposible por mantener la calma, pero por dentro sabe que el cerco se está cerrando. El capitán está demasiado cerca de la verdad, y cualquier movimiento en falso podría ser su perdición.

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