La próxima víctima en ‘La Moderna’, avance del capítulo 343 (18 de febrero)
Quico acecha a Marcelina, mañana en ‘La Moderna’.
En un movimiento calculado y lleno de malicia, Emiliano decide tomar la ofensiva contra su mayor enemigo. Llama al capitán Dávila y, con total frialdad, acusa a Don Fermín del asesinato de Doña Lázara.
Su plan es claro: desviar cualquier sospecha sobre sí mismo y hacer que la justicia caiga sobre Fermín antes de que él pueda actuar en su contra. Emiliano sabe que Fermín ya lo tiene en la mira y que, si no lo detiene antes, podría perder el control de la situación. Ahora, solo queda esperar si Dávila se tomará en serio la denuncia y si Fermín será capaz de defenderse de la acusación.
Mientras tanto, Quico ha tomado una decisión aterradora. Marcelina será su próxima víctima antes de marcharse de Madrid. En su mente, el tiempo se le agota y debe actuar cuanto antes.
Comienza a seguirla de cerca, acechándola en cada rincón de La Moderna y en las calles, esperando el momento perfecto para atacar. Marcelina, ajena al peligro que la rodea, sigue enfocada en su trabajo y en la carrera de camareros, sin imaginar que alguien ha puesto un objetivo sobre ella.
Por otro lado, en la casa de Pietro, se respira un ambiente mucho más distendido. El pastelero decide organizar una cena especial, una velada en la que invita a Cañete y Teresa para celebrar que ahora son accionistas de La Moderna.
Mientras tanto, Mercedes se encuentra en una lucha interna. Intenta mantener las distancias con Iván, pero cada día que pasa, se le hace más difícil resistirse.
Iván, por su parte, no se rinde y sigue insistiendo, aprovechando cada oportunidad para acercarse a ella. ¿Será cuestión de tiempo antes de que Mercedes caiga en la tentación o logrará mantenerse firme?
En otro punto de la ciudad, las hermanas Valbuena reciben una revelación impactante. Ramallo, sintiéndose acorralado, finalmente les confiesa la verdad: la paliza que recibió no fue un simple ataque, sino un castigo por haber robado dinero a Don Bernardo.
Inés y Laurita se quedan atónitas ante la confesión. Robar a un hombre como Don Bernardo no es algo que se pueda olvidar fácilmente, y temen que esto pueda traer consecuencias mucho más graves de las que ya ha sufrido Ramallo.
Pero cuando creen que las sorpresas han terminado, algo aún más inesperado ocurre: Ballesteros reaparece en sus vidas. Nadie lo esperaba, y su regreso amenaza con remover el pasado. ¿Qué pretende ahora?