‘La moderna’ (Mejores momentos): Emiliano, acorralado

Fermín visita a Emiliano y el empresario le pregunta: «¿Te pasa algo? Te noto tenso». El jefe de La Moderna le entrega un documento y le responde muy enfadado: «Tu 1% de las acciones, todo firmado y en regla sin necesidad de que me des ni una sola peseta».

«Quiero que recibas lo que en justicia te corresponde», expresa Emiliano. Pero su amigo no está de acuerdo y le contesta muy serio: «He dicho que no quiero nada», a lo que Emiliano le dice: «Insisto».

Fermín le grita: «Y yo también insisto, tu dinero como tus manos están manchadas de sangre». El empresario se sorprende y le pregunta: «¿A qué viene eso?», a lo que Fermín le aclara: «Te estoy acusando a la cara».

El marido de Maruja empieza a ponerse nervioso y le pregunta: «¿Y de qué me acusas exactamente?», pero Fermín sigue enfadado y le responde con odio: «De haber matado a mi esposa y lo vas a pagar, y lo vas a pagar».

Fermín le confiesa a Rodrigo: «Emiliano ha hecho algo terrible, algo de lo que creí que no fuera capaz», el joven le pregunta muy serio: «¿A qué se refiere?».

«Quitarle la vida a mi esposa eso nunca lo hubiera esperado, ¿tú sí?», confiesa Fermín.

El novio de Paula se sorprende y le comenta: «¿Usted está seguro?», el empresario le responde: «No tengo pruebas pero después de hablar con la hermana de Lázara tampoco tengo dudas».

Rodrigo quiere saber más datos del suceso y le pregunta: «¿Qué le contó Caridad exactamente anoche?», el jefe del salón de té le explica: «Que Emiliano Pedraza había asesinado a su hermana a sangre fría».

El hijo de Pepita le pregunta: «¿Qué piensa hacer ahora?», a lo que Fermín le expresa muy desanimado: «No lo sé». El joven está preocupado por Fermín y le aconseja: «
Actúe con suma prudencia».

Fermín le explica a sus empleados que tiene que investigar qué ha ocurrido con su mujer y para descubrir la verdad se tiene que enfrentar a un hombre muy peligroso.

«Estoy convencido de que mi mujer ha sido asesinada y también estoy convencido de que la persona de la que les he hablado está implicada sino en su muerte en el encubrimiento del crimen», confiesa el empresario.

Cañete está muy serio y le expresa: «Le acompaño en el sentimiento». Fermín continúa explicando: «Y eso implica la urgencia que tenía de nombrarles socios del negocio, porque si me llegará a pasar algo por enfrentarme a esta persona me gustaría que La Moderna quedará en las mejores manos».

Teresa le pregunta muy preocupada: «¿Esta persona de las que nos está hablando no será Emiliano Pedraza?», pero el empresario no quiere darle más información y le responde: «Creo que es mejor dejar aquí este tema».

Emiliano decide taparse la boca con un pañuelo y realizar una llamada. «Buenas noches, ¿hablo con el capitán Dávila?», pregunta el empresario.

El capitán le responde muy serio: «Sí soy yo, ¿quién es?», el empresario le responde: «Prefiero no darle mi nombre, verás tengo información relevante sobre un asesinato».

El policía le expresa: «Un asesinato, le escucho», a lo que Emiliano le confiesa: «
Se trata de Doña Lázara Eslava, ustedes la daban por desaparecida pero está muerta. Y sé quien es el asesino, es su marido; Don Fermín Villanueva».

Dávila le pregunta: «¿Y cómo lo sabe?», a lo que Emiliano le responde: «Simplemente lo sé, no pienso decirle ni cómo ni por qué, lo único que puedo decirle es donde está escondido el cadáver».

Dávila visita a Emiliano y le confiesa que sabe perfectamente que él le llamó para acusar a Fermín del asesinato de Lázara.

El empresario le explica que no quería confesar que su amigo es el culpable, pero el policía le aclara que ocultar esa información es un delito.

«No quiero que mi amigo Fermín sepa que yo le he delatado, es una cuestión personal espero que lo entiendas. Para mí es como un hermano», argumenta Emiliano.

El policía le responde: «Le doy mi palabra», pero Emiliano no está de acuerdo y le pide: «Voy a necesitar más que eso». El capitán no entiende qué es lo que quiere y el marido de Maruja le comenta con ironía: » Voy a necesitar que nuestro acuerdo quede rubricado por escrito».

El capitán le aclara: «No será ni fácil ni rápido», el empresario le dice con frialdad: «Yo no tengo prisa». El policía se enfada y le aclara antes de marcharse: «Tendrá noticias mías».

Iván le explica a Mercedes: «Te he traído un pequeño regalo», la joven le responde con ilusión: «No tenías porque hacerlo». El joven le aclara: «Solo es un detalle, ábrelo».

Ella obedece y descubre que es un pañuelo. La joven le comenta: «Es muy bonito, frivolidades a parte, cómo está el asunto de tu padre con Don Fermín», a lo que el hijo de Emiliano le aclara: «Asunto zanjado, eso me ha dicho mi padre».

Mercedes le pregunta muy seria: «¿Y tú le crees?», el joven le contesta: «Sí, Don Fermín ya le accedido las acciones que tanto necesitaba».

«Me alegro mucho por ti», responde la joven. En ese momento Iván se acerca a ella porque quiere besarla, pero ella se levanta y le dice muy nerviosa: «No, no».

El hijo de Emiliano se sorprende y le comenta: «Perdona Mercedes», pero ella le aclara: «Te equivocas».

Iván no está de acuerdo con su actitud y le explica: «No está siendo honesta contigo misma», y añade: «No termino de creerme este rechazo». La joven se enfada y le aclara: “Pues tendrás que hacerlo y no insistas más».

Agustín le confiesa a Inés: «Me han confirmado de que hay una mano negra en la cancelación del permiso». La joven está muy preocupada y el nuevo director le pregunta: «¿Y le han dado el nombre de la persona que pertenece esa mano?».

«No eso es confidencial, pero todo sabemos quién está detrás. Inés tenías razón, Ballesteros quería jugárnosla», expresa el productor.

«Es que lo sabia», responde la sobrina de Fermín muy enfadada. El director confiesa muy serio: «Ahora lo primero es sacar adelante la película», pero Agustín le aclara: «Hay que volver a pedir el permiso, esperar a que nos lo den, prorrogar contratos».

Inés quiere terminar la película sin esa escena, pero el director le explica: «Esa escena es clave para la historia, la tenemos que rodar». Agustín decide llamar a Ballesteros y le expresa muy furioso: «Lo que has hecho es una sinvergonzonería».

El director le responde con frialdad: «No digas nada de lo que puedas arrepentirte», pero Agustín le pregunta: «¿Qué quieres?». Ballesteros le explica muy enfadado que quiere quedar con él a solas, el novio de Inés le responde: «Perfecto».

Maruja está muy nerviosa y amenaza a Emiliano con un cuchillo. «Suelta Maruja que te vas hacer daño», comenta Emiliano con ironía.

«Soy una mujer libre, y haré y desharé como a mí me plazca», responde Maruja. Los dos empiezan a discutir y el empresario le grita: «Histérica».

Maruja se marcha del salón muy emocionada y Pepita le confiesa: «Ha sido una situación muy desagradable, usted está muy nerviosa y parece que quieres provocarlo todo el rato».

La mujer de Emiliano rompe a llorar y le expresa: «Enserio», a lo que la doncella le aclara: «Era necesario que se pusiera ese vestido, si es que parece que va a una fiesta y conociendo a su marido».

«Dime con quién andas y te diré quien eres, llevas tanto tiempo dejando que se meta en tu cama que al final pasa lo que pasa, que piensas y hablas igual que él, que decepción», confiesa Maruja.

Marcelina entra en la corrala, pero es de noche y no hay nadie. Quico está encapuchado y coge a la joven del cuello. Ella grita: «Socorro», pero él le dice con odio: «Cállate, ha llegado tu hora».

La joven está muy alterada y le grita: «Suéltame». Él continúa muy agresivo y ella le pregunta con asombro: «¿Quico?». El joven le responde con enfado: «Nos ha salido lista la niña en tu caso va a ser peor».

Marcelina continúa gritando: «Socorro que alguien me ayude por favor», pero Quico empuja a la joven y le dice: «Te vas arrepentir de lo que has hecho».

La joven se da un golpe y Quico se marcha corriendo pero antes le dice: «Hay tienes tu merecido desgraciada». La joven está en el suelo y en ese momento aparece Leodora y le expresa muy nerviosa: «Marcelina».

La joven está muy mareada pero le dice: » Leonora». La madre de Trini le grita a un vecino: «Ve a por un médico», y le pregunta a la joven: «¿Qué ha pasado?».

Marcelina le confiesa: «Me han atacado, el encapuchado es Quico», la madre de Trini se sorprende y expresa: «El sobrino de Cañete».