La Moderna

‘La moderna’ (Mejores momentos): La relación clandestina de César y Maruja

Iván y la hermana de César han estado toda la noche de fiesta para asistir a una actuación. «Va a ser verdad eso que dicen que a la gente se le conoce bien cuando está de fiesta, o al menos cuando no está trabajando», dice el joven

“¿Tanto cambio cuando estoy fuera del Madrid Cabaret?», pregunta Mercedes. El joven le confiesa con ilusión: «Pareces otra, te ríes, bailas, si hasta me tuteas, nada que ver con la sosa que me sirve copas cada noche. Aunque ambas muchachas son igual de bonitas».

La hermana de César le aclara: «Una cosa es la devoción y otra la obligación. Me tomo muy en serio mi trabajo, no se puede estar siempre de fiesta».

«Así que eso es lo que me espera cuando monte mi propio local, mucho trabajo poca diversión», comenta el hijo de Emiliano.

La camarera le explica: «Un negocio conlleva una gran responsabilidad», y le pregunta: «¿Sigues con la idea de montar un local como el de mi hermano?».

«Y con tu ayuda estoy seguro de que sería todo un éxito», expresa Iván. La joven se sorprende y le pregunta: «¿Eso es una oferta de trabajo?».

«Sí y quién sabe si podría ser más, si tú quisieras podría ser la directora del local», responde el joven. En cambio, Mercedes no cree al joven y le contesta: «Te lo agradezco mucho Iván, pero los dos sabemos que esto no irá a ninguna parte». El hijo del empresario le expresa: «No sabes lo terco que puedo llegar a ser».

Antonia le confiesa a Marta que Pietro está muy enfermo y no le queda mucho para que se vaya. La joven no puede parar de llorar y la dependienta de La Moderna le expresa: «Tenemos que ser fuertes ahora, tengo que estar ahí para él hasta que».

La joven le pregunta: «¿Y no se lo ha contado?», la mujer de Pietro le explica sin dejar de llorar: «No, le pedí al doctor que no le contará nada, que se lo quería decir yo, pero no sé cómo hacerlo».

Marta le dice muy triste: «Tiene que contárselo», a lo que Antonia le expresa: «Sí lo sé pero lo veo tan contento».

La joven le pregunta: “¿Y Giancarlo y Lucía lo saben?”, la dependienta le responde muy seria: «No, les escribiré un telegrama en cuanto se lo cuente a Pietro, él tiene que ser el primero en saberlo pero tengo que encontrar las fuerzas para hacerlo».

Marta muestra una actitud de cariño y le confiesa: «Yo estaré aquí para ayudarla».

3. Rodrigo se encuentra con una mujer misteriosa

Rodrigo está paseando por el bosque y aparece una mujer con la cara tapada y le dice muy seria: «Si quisiera ya estarías mal herido parece que todo este tiempo te hizo perder tus habilidades».

El joven se sorprende y le pregunta: «¿Amaya se puede saber qué haces aquí?», así que ella le aclara: «He llegado a pensar que no ibas a cumplir con tus promesas, así que se me ocurrió venir para que asegurarme de que lo hicieras».

Rodrigo está muy nervioso y Amaya le pregunta: «¿Se puede saber desde cuándo estás con la hija del asesino?», pero él hijo de Pepita le confiesa: «Ella no tiene nada que ver con lo que pasó es inocente», y le sigue explicando muy enfadado: «Ella está al margen de nuestros planes».

La joven le muestra su mano quemada y le dice con odio: «Emiliano Pedraza tiene que pagar por lo que me hizo, por lo que le hizo a los nuestros».

Rodrigo le comenta: «No lo olvido Amaya», y le continúa expresando: «Tengo siempre muy presente de que fue Emiliano el responsable de que nuestra aldea fuera pasto de las llamas».

«Y vos hiciste una promesa delante de la tumba de Chacho, de Diego y de mi hermano», confiesa Amaya. En ese momento Rodrigo recuerda cuando era pequeño y dijo delante de las tumbas:
«Juro que acabaré con Emiliano Pedraza».

La joven le comenta: «Si vine desde Buenos Aires es porque llego el momento», el joven está de acuerdo y le responde: «Cumpliré mi promesa Amaya, ha llegado el momento de que Emiliano Pedraza pague por lo que nos hizo».

4. César y Mercedes no están de acuerdo en sus relaciones

César le pregunta a su hermana: «¿Qué tal la otra noche con Iván?», la joven le cuenta: «Bueno bien, ahora dice que quiere montar un local nocturno».

El empresario le aconseja: «Yo creo que deberías de guardar las distancias». Sin embargo, Mercedes se enfada y le reprocha: «A mí tampoco me gusta la madre de Iván, y yo tengo que soportar sin rechistar que tú cada vez estés más interesado en ella».

«No me puedes comparar una cosa con la otra», expresa César. La joven le comenta muy seria: «¿Por qué porque tú eres un hombre y yo soy una mujer?».

El empresario le dice muy serio: «No quiero hablar de Maruja contigo», pero su hermana también le expresa: «Tampoco quiero que opines con quien puedo o no puedo alternar».

Pietro no sabe su diagnóstico y le confiesa a su mujer: «Antonia yo me siento bien, no tiene sentido estar aquí sin hacer nada». La dependienta le responde muy preocupada: «Tienes que tener un poquito de paciencia».

El italiano le dice: «Lo único que quiero es volver a la normalidad», y le continúa confesando: «El tiempo es el bien más preciado que tenemos».

En ese momento aparece Leonora con el bebé de Trini y Pietro le comenta: «No veo el momento de que Giancarlo me haga abuelo».

La madre de Trini le expresa: «No sabía que usted tenía un hijo», el italiano le responde con ilusión: «Yo sí, vive en Italia y en cuanto tengamos tiempo quiero viajar con Antonia allí».

Antonia muestra un rostro muy serio y Leonora le comenta: «Primero tiene que ponerse bien». Pietro está muy ilusionado y le responde: «Sí y será muy pronto».

Cañete ha contratado a un pianista para celebrar el aniversario de baile con Teresa en La Moderna.

Cuando la joven descubre el piano y el champán se sorprende, así que el camarero le confiesa: «Celebramos que hoy hace justo un año que tú y yo bailamos por primera vez juntos».

Teresa le pregunta: «¿Un año ya?», así que Cañete le pide: «Me concedes este baile señorita». La joven le responde: «Por supuesto».

«Tengo que reconocerte que estoy igual de nervioso que el primer día, espero no pisarte mucho. Y te acuerdas que cuando estábamos en el Madrid Cabaret y justo cuando iba a ir a besarte apareció Mario», comenta el camarero.

«Eso es mejor que nos olvidemos y ahora no nos va a interrumpir nadie», dice Teresa. En ese momento aparece Antonia y les comenta: «No habrán visto mi fiambrera de la comida es que no la encuentro por ningún lado».

Teresa le comenta a Cañete: «Te parece bien si seguimos bailando en otro sitio mejor», el camarero le responde: «Sí mucho mejor».

Teresa y Cañete entran en el despacho de Fermín para comentarle que por la ausencia de Antonia no pueden cuadrar los turnos.

Pero la encargada se da cuenta que el empresario está muy agobiado y le pregunta: «¿Se encuentra bien?». Don Fermín le responde muy alterado: «No Teresa no estoy bien, estoy bastante intranquilo, la falta de noticias de Lázara».

«Creo que tengo que contarle algo que me llamó la atención el día antes de que se fuera», dice Teresa. El empresario le pregunta: «¿De qué se fuera quién Doña Lázara?», la joven le confiesa: «Sí mire sé que le va a parecer un poco raro».

«Teresa vaya al grano por favor», responde Fermín muy nervioso. La encargada le expresa muy preocupada: «Es que nos preguntó si algunos de los dos sabíamos dónde se podía conseguir urgentemente una pistola».

«¿Y qué le contestaron?», dice Fermín muy sorprendido. El camarero le explica muy serio: «Yo le dije que se quedara tranquila que el guardia de la galería tiene una por si acaso».

El empresario les pide con nerviosismo: «Vayan ahora mismo hablar con el vigilante y que les confirmen que tiene su pistola porque sino la tienen, vayan ahora mismo».

8. Pepita quiere que su hijo se olvide de Paula

Rodrigo le confiesa a su madre: «Paula y yo nos queremos demasiado como para renunciar a nuestro amor». La doncella le responde muy enfadada: «No te das cuenta de que Paula te está utilizando».

«¿Qué dice madre? ¿Para qué va a querer utilizarme?», expresa el joven muy enfadado. Su madre le dice muy alterada: «Para divertirse».

El hijo de Pepita dice muy serio: «De ninguna forma voy a cambiar de opinión respeto a Paula».

La doncella no está de acuerdo con esa relación y le explica: «Estar junto a Paula no te va a procurar felicidad sino sufrimiento. Además, tú crees que conoces a Emiliano y no es así, puede ser un hombre extremadamente cruel si se enfada».

Rodrigo le responde: «Gracias por avisarme madre, pero no por eso van a cambiar mis sentimientos».

9. Don Fermín se entera del pronóstico de Pietro

Antonia le confiesa a Fermín: “Pietro no está tan bien como aparenta». El empresario se preocupa y le pregunta: «¿Cómo que no?», así que Antonia le cuenta muy emocionada: «Por dentro la enfermedad sigue su curso».

«¿Qué significa eso?», pregunta Don Fermín. La dependienta le aclara muy seria: «Significa que se nos va, no le queda mucho tiempo de vida».

El jefe de La Moderna le dice muy nervioso: «No, no Antonia eso no es posible», y le pregunta: «¿De cuánto tiempo estamos hablando?».

«Los médicos no lo saben exactamente, pero meses», responde Antonia. El empresario muestra un rostro muy preocupado y expresa: «Lo siento mucho Antonia, pero no acierto a decir nada más».

Fermín se tiene que marchar y le comenta: «Si necesitas cualquier cosa ya sabes donde encontrarme». Antonia agradece el gesto y le responde: «Lo sé».

Inés se ha dado cuenta que su hermana interpreta mejor que ella y le confiesa a Agustín: «Actuar, actuar eso es para Laurita».

El productor le responde: «Laura puede actuar o no pero hay una cosa que no va a cambiar, tú eres una gran actriz». Inés cree que ella no está cualificada para trabajar en el teatro y prefiere cantar.

Su pareja quiere que se anime y le confiesa: «La espía intrépida eres tú», y le continúa expresando: «Tú tienes una luz muy especial que lo transforma todo».

La joven se emociona y él le confiesa: «Y sí estoy muy enamorado de ti». En ese momento Agustín se pone de rodillas y le expresa sin parar de llorar: «Inés Balbuena, luz de mis días, faro de mis noches, ¿quieres casarte conmigo?», la joven le responde muy ilusionada: «Sí quiero». ¡Los dos se besan apasionadamente!

11. Antonia reúne fuerzas para contarle el diagnóstico a Pietro

Antonia llora desconsoladamente y Pietro le pregunta: «¿Qué ha pasado?». La dependienta le explica muy triste: «Cariño hable con el doctor Quiroga el otro día y tenía el diagnóstico definitivo».

El italiano le dice: «Sí, sí», pero ella le continúa confesando: «Mi amor no es bueno, no es bueno cariño».

El pastelero le aclara: «Yo me siento bien», la dependienta le comenta sin parar de llorar: «La operación salió bien pero no acabo con la enfermedad. El doctor Quiroga dice que es incurable Pietro, lo siento».

Pietro muestra un rostro muy serio y le pregunta: «¿Cómo incurable?», la dependienta le responde: «Lo siento». Los dos se abrazan, pero él le continúa preguntando: “¿Cómo incurable? ¿Qué significa?».

12. Maruja advierte a César sobre las intenciones de su hijo

Maruja le confiesa a César: “Mi marido y mi hijo van a por a ti». El joven le pregunta muy serio: «¿Qué significa eso exactamente?», la mujer de Emiliano le aclara: «Que mi hijo ha decido abrir una sala de fiesta, un cabaret como este y Emiliano le va apoyar».

El jefe del Madrid Cabaret le comenta: «Estamos en un país libre», pero ella le sigue contando muy preocupada: «Tienen la intención de robarte la clientela».

César le dice: «Mi clientela es muy fiel», y también le expresa: «Es normal que Emiliano me tenga rencor, al final del camino me he enamorado de su mujer».

Maruja le responde: «Debería irme», pero él joven le pide: «Deberíamos irnos a un sitio mucho más tranquilo a tomar una copa sin miradas indiscretas, mi casa está muy cerca de aquí».

La mujer de Emiliano le pregunta: «¿Ahora?», así que César le confiesa: «No perdamos más tiempo». ¡Maruja acepta el plan y decide esperar al joven en la puerta del cabaret para irse con él!

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