‘La moderna’ (Mejores momentos): Antonia descubre quiénes secuestraron a Pietro

Antonia ha quedado en la corrala con el mafioso que ha secuestrado a Pietro, aunque él finge ser otra persona.

El italiano le pregunta: «¿Ha tenido noticias de los secuestradores?», la dependienta le confiesa: «Sí estoy en contacto con ellos, ahora mismo estoy delante de uno de ellos».

El mafioso le contesta: «No la entiendo», pero la mujer de Pietro le dice: «No hace falta que siga fingiendo y tampoco se preocupe porque no hecho ninguna tontería, como llamar a la policía».

El italiano coge una pistola que tenia guardada en su pantalón y decide entrar en las habitaciones. Antonia le comenta muy seria: «Estamos solos», pero el italiano le pide: «Diga lo que tenga que decir».

Antonia le aclara que si le dispara se enterara todos los vecinos de la corrala y no podrá huir. El mafioso le explica que él puede disparar sin que nadie se entere y le advierte: «O me hace una oferta que me convenzca o a lo mejor se lo tengo que demostrar».

Giancarlo le confiesa a Antonia que los mafiosos le están pidiendo el nombre de todos los compañeros del partido. La dependienta le pregunta: «¿Se lo vas a dar?», pero el joven le expresa muy nervioso: «No, nunca».

«Tú entiendes que sino se lo das va a ser Pietro el que muera», dice Antonia muy agobiada. El joven se levanta y le confiesa:
«Sí yo entregaría mi vida a cambio de la suya sin dudarlo, pero mi vida».

Antonia está muy emocionada y el hijo de Pietro le dice con tristeza: «Una vida a cambio de quince, pero es la vida de mi padre la que salvaría y creo que mi padre no me perdonaría que sentenciase a quince personas por él”. La dependienta no puede parar de llorar y le responde: «No lo haría».

Emiliano se encuentra con Lázara en su despacho y le advierte: «Me costaría muy poco llevarte por delante», la mujer de Fermín le responde: «Serias incapaz de quitarle la vida a la esposa de tu gran amigo».

El empresario le expresa con frialdad: «Dame medio motivo y ese informe irá derechito a las manos de Fermín». Lázara está nerviosa y le comenta: «Admito que antes he cometido un error no debí hacerlo».

«Lo último que necesito es que me des más problemas con Maruja, una tontería más y yo mismo le entregaré este informe a Fermín», dice el empresario muy enfadado.

Lázara le responde: «No habrá una próxima vez», así que Emiliano le aclara: «A partir de ahora se hace como yo digo».

Emiliano, Maruja y Paula están desayunando, pero Iván todavía no ha llegado. El empresario no le parece bien que su hijo esté todo el día de fiesta, así que cuando aparece el joven se lo comenta con enfado.

El joven le pide que no le trate como un niño y le dice con ironía: «Pero a lo mejor a ese hijo que te ha salido ahora sí puedes mangonearlo y convertirlo en un hombre de provecho, será como tu obra de caridad».

«Ni se te ocurra hablar así de Rodrigo», responde Paula. Pero su hermano sigue con una actitud altiva y le comenta: «Ya esta mi hermana saliendo en defensa de su novio, no perdona que no es tu novio, que es tu hermano».

Paula le contesta muy seria: «También es el tuyo», pero el joven le dice con odio: «No Rodrigo nunca será mi hermano que nadie aquí piense que voy aceptar a ese bastardo».

Paula le grita: «Basta ya». Sin embargo, Iván sigue enfadado y le dice a Pepita: “Y tú no eres más que una mosquita muerta que lleva toda la vida riéndose de esta familia». Maruja no soporta la actitud de su hijo y le grita: «Ya está bien».

Iván está en el Madrid Cabaret y le dice a César: «He dicho que me quedo con todo y no pienso pagarte nada». El empresario le aclara muy enfadado: «Este local es mi único medio de vida y estoy dispuesto a malvenderlo por proteger a tu madre pero no te lo pienso regalar».

El joven le contesta con frialdad: «Pues yo digo que sí y sino atenten a las consecuencias». Mercedes no entiende la actitud del joven y le grita: «Eres un chantajista y un miserable».

Iván sigue con una actitud chulesca y le dice a César: «¿Qué es más importante este garito o el amor de mi madre? Contéstame o sino esta noche le cuento a mi padre que su mujer anda encamada con el dueño del Madrid Cabaret».

Maruja le pide a Iván: «Quiero que dejes de pelearte con tu hermano», pero el joven le responde muy serio: «Yo no tengo ningún hermano».

Maruja no entiende el comportamiento de su hijo y él le reprocha su relación con César. La mujer de Emiliano le dice muy enfadada: «Quiero que acabes con ese ridículo chantaje».

Iván le contesta con ironía: «No sé de que estás hablando», a lo que Maruja le aclara: «Quiero que acabes con esa absurda idea de quedarte con el Madrid Cabaret».

«Hace mucho tiempo que quiero tener un negocio como ese», dice el joven. Pero Maruja no va a permitir ese chantaje y le confiesa: «Yo te voy arrebatar eso tan valioso que le quieres vender a César, yo misma voy hablar con tu padre y le confesaré que le estoy siendo infiel».

Iván decide seguir enfrentándose a su hermana y a Rodrigo. La joven le dice que es incapaz de querer o hacer que le quieran, pero Iván le responde con ironía: «Qué os parece si nos vamos a cenar los tres juntos en plan hermanos felices, sois idiotas o qué».

«Somos consecuentes con la situación», dice Rodrigo. Pero Iván les aclara que no quiere realizar ningún plan con ellos, así que Rodrigo le pide: «Con que nos respetemos es suficiente».

«Cuándo erais novios os acostasteis, lo digo porque en esta familia somos muy aficionados a los bastardos y claro alguien debería continuar con la tradición», dice Iván con sarcasmo.

Rodrigo empieza a enfadarse y le contesta: «No tengo una paciencia infinita», pero su hermano le dice con odio: «Que te sientes con nosotros en la mesa nos significa que seas de nuestra familia». Paula está incomoda y no quiere seguir con esa discusión y le grita: «Basta ya».

Maruja está en el despacho y Pepita le entrega los documentos de Rodrigo. La doncella le aclara que están todos, así que la mujer de Emiliano le aclara: «Eso espero porque de no ser así se alargaría los trámites para el reconocimiento legal».

Pepita abandona la estancia y Maruja decide revisar los documentos pero hay algo que le sorprende y dice: «Esta es la fecha de nacimiento, Pepita ven aquí».

La doncella entra en el despacho y le responde: «Dígame señora, ¿le pasa algo?», la mujer de Emiliano le dice muy seria: «No quería que me recordaras una cosa, pero ya lo he hecho yo misma».

Pepita le pregunta: «¿Es que falta algún documento?», a lo que Maruja le comenta: «Como te he dicho quería que me recordaras algo, pero ya lo he recordado yo y no se me va a olvidar».

La doncella se marcha y Pepita vuelve a revisar el acta de nacimiento y dice: «Esto es imposible, imposible».